¡Oh! MarÃa
tu, mi guÃa celestial,
nunca te abandonare
porque tu amor es incondicional,
inmenso como el universo,
y sinceramente sencillo.
tu, mi guÃa celestial,
nunca te abandonare
porque tu amor es incondicional,
inmenso como el universo,
y sinceramente sencillo.
Bendice
mis Obras,
mis pensamientos y palabras.
Tú, que tuviste a Jesús en tu vientre,
ayúdame a aceptar la misión de Dios,
lÃbrame de todo mal
y protégeme en tus suaves manos de seda.
mis pensamientos y palabras.
Tú, que tuviste a Jesús en tu vientre,
ayúdame a aceptar la misión de Dios,
lÃbrame de todo mal
y protégeme en tus suaves manos de seda.
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Hermosa flor como el amanecer
Gracias por tener entre tu vientre al hijo de Dios,
Nuestro Salvador.
Publicado por Andry Alvarado
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